Cartel de Martes de Carnaval,
do Centro Dramático Galego
Na
escena sexta de Martes de carnaval,
obra que vistes hai uns días en Santiago, Valle Inclán escribiu:
“EL
CAPITÁN: ¡Mi general, hay que decidirse, y montar a caballo!
EL
GENERAL: Redactaré un manifiesto al país. ¡Me sacrificaré una vez más por la
Patria, por la Religión y por la Monarquía! Las figuras más ilustres del
generalato y los jefes con mando de tropas, celebramos recientemente una
asamblea… Faltó mi aquiescencia: ¡Con ella ya se hubiera dado el golpe!
EL
CAPITÁN: El golpe sólo puede darlo usted.
EL
GENERAL: Naturalmente, yo soy el único que inspira confianza en las altas
esferas. Allí saben que puedo ser un viva la Virgen, pero que soy un patriota
y que sólo me mueve el amor a las Instituciones. Eso mismo de que soy un viva
la Virgen prueba que no me guía la ambición, sino el amor a España. Yo sé que
esa frase ha sido pronunciada por una Augusta Persona. ¡Un viva la Virgen,
señora, va a salvar el Trono de San Fernando!
EL
CAPITÁN: Mi general, usted, si se decide y lo hace, tendrá estatuas en cada
plaza”.
O xeneral está inspirado en
Miguel Primo de Rivera, ditador español entre 1923 e 1929. Un dos seus
primeiros manifestos, do 22 de setembro de 1923, lembra ás palabras escritas
por Valle Inclán:
“Al
país y al ejército. Españoles:
Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque
hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin
interrupción la vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso
requerimiento de cuantos amando la Patria no ven para ella otra salvación que
libertarla de los profesionales de la política, de los hombres que por una u
otra razón nos ofrecen el cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron el
año 98 y amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso. La tupida
red de la política de concupiscencias ha cogido en sus mallas, secuestrándola,
hasta la voluntad real. Con frecuencia parecen pedir que gobiernen los que ellos
dicen no dejan gobernar, aludiendo a los que han sido su único, aunque débil
freno, y llevaron a las leyes y costumbres la poca ética sana, el tenue tinte
de moral y equidad que aún tienen ; pero en la realidad se avienen fáciles y
contentos al turno y al reparto y entre ellos mismos designan la sucesión.
Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a
gobernar nosotros u hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina.
Basta ya de rebeldías mansas, que sin poner remedio a nada, dañan tanto y más a
la disciplina que está recia y viril a que nos lancemos por España y por el
Rey.
Este movimiento es de hombre: el que no sienta la masculinidad
completamente caracterizada, que espere en un rincón, sin perturbar los días
buenos que para la Patria preparamos. ESPAÑOLES: ¡VIVA ESPAÑA Y VIVA EL REY!.
No
tenemos que justificar nuestro acto, que el pueblo sano demanda e impone.
Asesinatos de prelados, ex gobernadores, agentes de la autoridad, patronos,
capataces y obreros; audaces e impunes atracos; depreciación de moneda;
francachela de millones de gastos reservados; sospechosa política arancelaria
por la tendencia, y más porque quien la maneja hace alarde de descocada
inmoralidad; rastreras intrigas políticas tomando por pretexto la tragedia de
Marruecos; incertidumbre ante este gravísimo problema nacional; indisciplina
social, que hace el trabajo ineficaz y nulo, precaria y ruinosa la producción
agrícola e industrial; impune propaganda comunista; impiedad e incultura;
justicia influída por la política; descarada propaganda separatista; pasiones
tendenciosas alrededor del problema de las responsabilidades y..., por último,
seamos justos, un solo tanto a favor del Gobierno, de cuya savia vive hace
nueve meses merced a la inagotable bondad del pueblo español, una débil e
incompleta persecución al vicio del juego”.
Afonso XIII e Miguel Primo de Rivera
Na
charla de Rafael Pillado, que visitou o Instituto o pasado 9 de maio,
escoitamos falar das “cartillas de racionamiento” que existiron na primeira
década da ditadura franquista. Franco fixo de José Antonio Primo de Rivera, fillo
de Miguel e fundador de Falange Española —partido fascista español—, un dos
referentes ideolóxicos da ditadura. En clase vimos ou veremos unha
desas “cartillas de racionamiento” na que aparece un selo coa cara de José
Antonio Primo de Rivera.
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